Historia de la reflexología |
Historia de la reflexología
La historia de la reflexología tiene cerca de 5.000 años de antiguedad, se sabe que los chinos, lo japoneses y los egipcios comenzaron con esta técnica en los inicios de la medicina.
En China eran conocidas las virtudes terapéuticas de esta disciplina, empleada frecuentemente junto a la acupuntura.
En el siglo IV antes de nuestra era, un médico chino, Wang – Wei, después de colocar las agujas en el cuerpo de sus pacientes, efectuaba presiones en las plantas de los pies de manera firme, durante varios minutos, hasta conseguir el efecto terapéutico deseado.
Según había podido comprobar con su experiencia, aplicando y manteniendo esa presión se conseguía liberar la energía atrapada en diferentes partes del organismo, provocando bienestar y relajación.
También existen al día de hoy, papiros que muestran como entre los Egipcios era muy común la práctica de masajes en los pies, con las técnicas que hoy llamamos Reflexología Podálica, así como también, el uso de la Reflexología en las manos.
Quienes practicaban masajes, comenzaron a comunicarse sus experiencias, los primeros saberes fueron transmitidos de manera oral a través de generaciones, poco a poco se descubrió la existencia de puntos a través de los cuales se podía estimular el funcionamiento de glándulas y órganos en las diferentes partes del cuerpo.
Con el paso del tiempo, esos conocimientos fueron ampliándose y perfeccionándose lo que dio lugar al desarrollo de técnicas como la Acupuntura, que tuvieron su origen en la Primera etapa del desarrollo de la Reflexología.
La reflexología en Occidente la inició el Dr. William Fitzgerald quien, estudiando el sistema energético descrito por la medicina tradicional china, promueve una terapia basada en el tratamiento de las zonas reflejas, tomando como elementos de conexión las líneas longitudinales de energía que recorren el cuerpo de los pies a la cabeza.
Sus estudios lo llevaron a la conclusión de que ejerciendo presión sobre unos puntos determinados (principalmente en los pies),
se lograba un equilibrio fisiológico en otras zonas corporales.
Fruto de su estudio publicó en 1913 un tratado llamado «Terapia de las zonas reflejas» donde dice por ejemplo:
«Hace 5.000 años, se conocía ya en India, China y Japón, una forma de tratamiento mediante puntos de presión.
Sin embargo, esta terapia parece haberse perdido y olvidado.»
Siguiendo estas prácticas el Dr. Riley, amigo personal y defensor a ultranza de Fitzgerald, contribuyó a la difusión de la reflexología de un modo decisivo. Durante una charla sobre la terapia de las zonas reflejas el Dr. Riley entabló conversación con Eunice Ingham, una masajista americana que, sería la creadora de la terapia reflexológica tal y como hoy la conocemos.
Ingham quedó fascinada por esta práctica terapéutica introduciéndola en el hospital donde trabajaba. Los resultados fueron muy alentadores ya que los enfermos en los que aplicaba sus conocimientos, manifestaban reducciones de dolor, mejora de movilidad y recuperación natural.
Eunice Ingham abandonó su trabajo en el hospital para dedicarse por completo a la reflexología. Profundizó en su estudio escribiendo varios libros, entre ellos «Historias que los pies podrían contar», y confeccionó el primer mapa reflexológicocon las correspondencias entre órganos, glándulas y huesos con las distintas zonas plantares.
Con el paso del tiempo, la medicina tradicional aceptó y adoptó las técnicas reflexológicas, siendo reconocida como medio de curación de algunos trastornos y es utilizada como apoyo en el tratamiento de gran cantidad de enfermedades.
Hoy cientos de instituciones de enseñanza alrededor del mundo, enseñan y aplican la Reflexología como una efectiva técnica que está al servicio de la salud.
Cada hueso, músculo, órgano ó sistema puede tratarse a través del masaje reflexológico y, tener un efecto directo en el cuerpo.
La REFLEXOLOGÍA es utilizada en clínicas y hospitales de diversos países como Dinamarca, Suecia, Finlandia, Singapur, Israel y USA, como una terapia complementaria de la medicina.
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